¿Te duelen los hombros? La causa puede estar en otra parte!
¿Te cuesta levantar el brazo, vestirte o incluso dormir de lado por el dolor en el hombro? No estás solo. Este tipo de molestia es increíblemente común, pero también desesperante: mejora por momentos, vuelve sin aviso, y a menudo nadie te da una explicación clara del porqué… ni una solución duradera.
Lo curioso es que, en muchos casos, el problema no está realmente en el hombro. La ciencia apunta a otra dirección: tu columna vertebral, en especial las zonas cervical y dorsal alta.
¿Por qué la columna puede causar dolor de hombros?
El hombro no trabaja de forma aislada. Está íntimamente conectado a tu columna de varias formas:
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Columna cervical: de allí salen los nervios que controlan la fuerza y sensibilidad del hombro.
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Columna dorsal (alta): influye directamente en la movilidad y estabilidad del hombro.
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Postura corporal: una mala alineación general (como los hombros caídos o el cuello adelantado) puede alterar por completo el funcionamiento del hombro.
Cuando hay desajustes o disfunciones en estas zonas —lo que en quiropráctica se denomina subluxaciones vertebrales—, los nervios pueden verse afectados. El resultado: dolor, inflamación, debilidad o una sensación de “bloqueo” al mover el brazo.
¿Qué dice la ciencia?
Varios estudios recientes han respaldado la conexión entre la columna y los trastornos del hombro:
Estudio 1: Una investigación publicada en Journal of Manipulative and Physiological Therapeutics (2017) mostró que los pacientes con dolor de hombro tratados con ajustes quiroprácticos en la columna cervical y dorsal mejoraron más rápido y con mayor eficacia que aquellos que recibieron fisioterapia convencional.
Estudio 2: Otra publicación en la misma revista evidenció que combinar tratamiento quiropráctico con ejercicios específicos ayudó significativamente a mejorar la movilidad y reducir el dolor.
Estudio 3: Una revisión sistemática en Manual Therapy (2015) concluyó que los tratamientos manuales, como los ajustes vertebrales, son eficaces en trastornos del hombro, especialmente si se enfocan en la zona cervical.
El nervio supraescapular, implicado en muchos casos de dolor de hombro, nace directamente de las raíces nerviosas cervicales.
Una postura encorvada (como al estar mucho tiempo frente al ordenador) aumenta la presión sobre el hombro y limita su rango de movimiento.
Muchas personas con “tendinitis crónica del hombro” mejoran notablemente cuando se corrige el funcionamiento neurológico desde la columna, no solo tratando el hombro localmente
¿Qué puedes hacer?
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No ignores el dolor: tu cuerpo te está diciendo que algo no está funcionando como debería.
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Busca el origen real: muchas veces el problema no está donde duele, sino en zonas clave como la columna cervical o dorsal.
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Hazte una evaluación quiropráctica: puede ayudarte a detectar si hay interferencias en tu sistema nervioso que estén afectando la función del hombro.
La diferencia entre tapar el síntoma y recuperar el equilibrio
Lo que hace única a la quiropráctica es que no se enfoca solo en “quitar el dolor”, sino en restaurar el equilibrio natural del cuerpo para que funcione como fue diseñado. Y cuando el cuerpo funciona bien… el dolor suele desaparecer por sí solo.
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